Sunday, November 23, 2008

mis cositas

MARCELA

Marcela, Marcelita, Chelita, Banan, no se muy bien porque le dicen Chelita, lo que si se es que Banan es su nombre islámico. A Marcela le pasa como a mi, muchos nombres definen a la misma persona, por eso creo que Marcela es como un girasol, ella gira su cara allí donde el sol salga aunque tenga que hacer autenticas contorsiones y malabarismos para seguir manteniendo el tronco firme.
Marcela creo que es de esas personas lanzadas que se atrevería a hacer o a probar cualquier cosa, ya fuera una receta de comida japonesa o cruzar el desierto del Gobi en camello.
Marcela también es tierna y dulce como un caramelito de fresa o una tarta de melaza, por eso si tuviera que definirla diría que es como una tarta muy empalagosa y muy azucarada y pegajosa, de las que te dejan luego los dientes rechinando, la lengua pastosa y la tripa llena. Demasiado dulce para una sola personalidad.
Tiene también carita de niña traviesa, como si no mas se hubiese comido la lata de galletas que escondía la abuelita en la alacena.
Marcela es de esas personas con las que me encantaría hacer travesuras, como tirarnos rodando por una cuesta empinada, o jugar al pilla pilla o al escondite. Creo que Marcela y yo tenemos el mismo espíritu infantil, travieso y juguetón.
A Marcela la conocí en la ventanita, no tuve con ella ningún contacto previo, por eso puedo decir que el conocerla fue gracias a que la eficiente Zaynab nos creó este grupo de amigas.
De Marcela me gustó la forma clara y sencilla con la que escribía, la familiaridad y el entusiasmo con el que nos contaba y cuenta cosas de su vida, de sus hijas, de su vida en Kuwait y de muchas mas cosas que forman su mundo.
Las fotos que manda de sus hijas dicen también mucho de la personalidad de Marcela, creo que le gusta mucho hacer fotos y compartir con todo el mundo la felicidad de tener dos hijas tan lindas, por eso no se cansa de fotografiarlas, de ver como van creciendo, de reflejarse ella misma en esos profundos y hermosos ojos que tienen sus dos niñas.
Me encantaron las fotos y las cosas que nos contaba de cuando estuvo en Kuwait, en especial me sorprendieron las cositas y los recuerdos que de allí se trajo, porque eran las mismas cosas que se habría traído una niña juguetona y traviesa, cositas con las que la jugar a escondidas o imaginar un mundo de fantasía en el que pudiera ella construir un castillo de cuento de hadas.
Con Marcela hablé solo una vez por teléfono, deprisa y mal y con bastantes cortes de la línea, aun así fue estupendo el poder oír su voz, el hablar con ella, el imaginar su carita dulce gesticulando cada palabra.
Marcela, no puedo escribir mucho mas sobre ti, ni tal vez haya tenido la suficiente intuición o conocimiento como para profundizar en lo que tu eres, quizás sea porque aun no hemos intimado lo bastante ni he llegado a conocerte lo suficiente como conozco a otras. Eso me causa algo de desasosiego pero también de entusiasmo, el entusiasmo de pensar que aun tengo que conquistarte y descubrirte.
Espero que algún día también te vengas a Dubai conmigo y con Janna a la paz y belleza del desierto que se que tanto añoras.
Que Allah te bendiga querida hermana.
(gracias lokita de la colina)